Nucha

Una tarde caminando por Palermo, nos paramos con una amiga a delitarnos con las tortas que se exhibían en el mostrador de Nucha.

Ya había leído de lo deliciosas de sus tortas, que se comenzaron a preparar en la casa de Belgrano que tenía Regina Vaena (Reginucha, como le decían) para venderlas en la zona, a sus vecinos o confiterías cercanas.

Luego abrió su primer local en O'Higgins y Zabala, para seguir con varias sucursales más, hasta que nosotros nos topamos con ésta de Armenia 1540.

No sabíamos por donde empezar a elegir, asi que primero pedimos mesa, y en la carta vimos que había opciones de té completos para compartir. Nosotras íbamos a ser 3, así que el Té Regina fue más que suficiente: infusiones, jugos de naranjas, tostados, chips, muffins, bomboncitos, tostadas, mermeladas, un cuadrado a elección y otra porción de torta también para elegir en mostrador.

Si tenemos que comentar, que cuando llegó nuestra cuarta amiga, pidió algo salado para comer, y desde la cocina nos recordaron que a las 21hs el local cerraba sus puertas y que ella no iba a disponer del tiempo suficiente para comer. Algo que no nos cayó tan bien...

La moda porteña de cerrar temprano la cocina cada vez es más común, y a mi parecer, si se recibe gente hasta una determinada hora, es hasta esa hora que se debe cocinar y servir al cliente, que está yendo con buena onda a comer algo, compartir un momento y pagando por ello.

Fuera de este comentario, debemos reconocer que Nucha creció, y siempre nos va a tentar con algo dulce tanto en fotos como al paso a través de sus vidrieras.

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