Si teníamos un lugar pendiente por conocer, era éste: La Mansión del Four Seasons y su restó "Nuestro Secreto" (Cerrito 1455).
Como bien lo dice su página: un oasis en medio de la city.
Al restaurante se ingresa por La Mansión, pasando por la piscina climatizada, la cúpula que da al restaurante Elena, las mesas, carpitas y barra -ideales para noches de verano-, llegando a "Nuestro Secreto" completamente vidriado.
El lugar es cálido, sin muchas mesas y con la cocina a la vista.
Desde que llegamos hasta que nos fuimos tuvimos al personal pendiente de que no nos falte nada... desde tener siempre el vaso lleno, la panera variada, las salsas y los platos siempre servidos.
De entradas, berenjenas y unas tostaditas con paté de cordero.
Los hombres se pidieron un bife de 400gr cada uno, acompañado de papas al pesto, y verduras grilladas. Mi amiga una ensalada que llegó en un bol enorme y yo la pesca del día: corbina con vegetales -tan tierna que se deshacía sola-.
Nosotras disfrutamos de las jarras Pompellas (jugos naturales) y los caballeros degustaron 2 botellas de vino recomendadas por la casa.
De postre strudel de manzana con helado de americana y unas bochitas del helado Dolce Morte (elaborado en el mismo restó). Delicioso! Hay muchos sabores interesantes por probar.
A la hora de irnos recorrimos un poquito las instalaciones y como siempre: Elena, Pony Line y el lobby impecables!
De día, este lugar tampoco tiene desperdicio!!
Una de las noches más lindas y glamorosas que tuvimos.
Recomendadísimo!