El Domingo pasado estuvimos paseando por Tigre, y acá les comparto las fotos del recorrido. Esta vez no fuimos para el lado del Puerto de Frutos, nos quedamos caminando, bordeando el río, viendo los barquitos pasar (Juanma los saludaba sin parar, era la primera vez que veía tantos), mientras tomábamos mate al sol y nos poníamos un poco al día con mi amiga Yésica (a la que hace un año Tigre se convirtió en su nuevo hogar; allí consiguió trabajo, al poquito tiempo se mudó y ahora su vida es otra).
Cuando comenzó a bajar el sol, nos metimos en Vivanco, una casona divina que funciona como restó, casa de té y realiza eventos, frente al Río Tigre. Todos los días tienen menú ejecutivo para almorzar, meriendas para compartir y una amplia carta para la cena, acompañada de un fogón si se elije comer al aire libre o la elegancia y una vista increíble si se come adentro.
Nosotros elegimos salado y dulce para ir cerrando el paseo: licuados de durazno y banana, la copa Vivanco que es para compartir (helado, merengue, crema, frutos rojos y brownie), una Stella Artois con rabas; el clima que nos acompañó y el DJ que con Jamiroquai puso fin a un día inolvidable.
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