Detrás de este fantástico muro hay un café que funciona de 11 a 19hs sobre Costa Rica 4827, y por la noche, detrás de esas paredes que simulan ser ladrillos hay un bar escondido, de luz baja e impecable ambientación que remite a una fábrica de whisky.
El reloj y su perfecta barra iluminada te hacen dudar de dónde ubicarte: si en las banquetas o tirarte en sus sillones... la amabilidad con la que nos atendió la chica hizo muy fácil entender cómo funciona Victoria Brown y sus fabulosos tragos:
En el menú hay una brújula y uno elige donde pararse de acuerdo a sus gustos. Delicado, frutado y refrescante (Norte) - Fuerte, untuoso y seductor (Este) Herbáceo, seco y aperitivo (Sur) - Suave, sensual y romántico (Oeste). Entre medio están los nombres de los tragos de autor y la referencia de página para el detalle de lo que tiene cada uno. Yo por ejemplo me paré en el Norte y fui para el Este, probando Desde Cuba con Amor. Mi amiga encontró su trago favorito con El Cobre, súper fuerte, que repitió (una especie de whisky pero dulce). También probamos U Got Me Baby y Mint Julep.
La presentación es otra cosa a parte: el de Cuba me llegó embalado en una bolsa de papel madera que tuve que romper, sacar un vaso lleno de hielo y una poción que venía en frasco de remedio: ése era el trago que debía servirlo en el vaso, que al tomarlo me dí cuenta que vino encerrado en papel porque estaba ahumado!
El trago de mi amiga vino en una madera caliente, con el vaso al revés -lleno de humo-. Al darlo vuelta el vapor se iba pero el ahumado de la madera quedaba impregnado en el vaso.
No pueden ser más originales estos tragos! Daban ganas de probarlos todos, porque cada uno tiene un detalle en particular.
Claro que la carta es más amplia y están los clásicos de siempre.
La cocina cierra a la 1, alcanzamos a probar estos crepes de pollo pero nos quedaron pendientes varios de los platos -que los hay de todas partes del mundo-.
Fuimos un Miércoles y la cantidad de personas que desfilaban allí adentro era señal de que es el bar de moda, que está bueno, que comés rico, que te da un ambiente de privacidad y te permite relajarte... hasta que nos fuimos siempre estuvo lleno. Si vas en fin de semana tené paciencia o reservá antes.
Un detalle a mejorar: los baños. Y otro a tener en cuenta: los tragos rondan en promedio $120 cada uno, no vimos que haya happy hour.
El resto, impecable!
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Maravilloso lo que nos muestras. Excelente!!!
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